Aldous Huxley fue un escritor, poeta, filósofo inglés y uno de los pioneros más relevantes en el campo del misticismo y la experiencia psicodélica. Descendiente de una familia de intelectuales, entre los cuales hubo biólogos, poetas, novelistas, médicos, divulgadores científicos e incluso un Premio Nobel de Medicina. De hecho, la familia Huxley siempre gozó de una gran reputación en campos científicos o literarios.
Huxley pasó su infancia entre libros, por lo que poseía una extensa cultura que le había otorgado su insaciable curiosidad intelectual sobre una multitud de temas. En su adolescencia sufrió una enfermedad ocular conocida como queratitis punctata, quedó ciego durante 18 meses. Durante este tiempo, Huxley aprendió a tocar el piano y a leer el sistema Braille.
Su relación con las drogas psicodélicas se remonta a los años 30, cuando publicó su famosa novela “Un mundo feliz”, en la que una droga llamada soma se convierte prácticamente en el personaje central de la obra. La relación de Huxley con las drogas no sólo quedó establecida por el papel que éstas tienen en su obra narrativa. Huxley fue un constante consumidor de LSD, inicialmente se ofreció como objeto de estudio y después del primer experimento continuó tomando esta droga de manera regular.
A principios de los años 50, Huxley decidió llevar a cabo su primera sesión con mescalina, principio activo del peyote. De esta primera experiencia nació el libro “Las puertas de la percepción” (novela que daría nombre al grupo "The Doors"), un ensayo sobre arte y religión y por el cual propone abrir las puertas para contemplar la infinitud de las cosas.
Hasta en el momento de su muerte Huxley fue uno de los mayores defensores del uso del LSD y de lo que la experiencia psicodélica podía aportar. En su último libro, “La Isla”, presenta un mundo en guerra, en el que una pequeña sociedad se vale de un hongo mágico para tener acceso al conocimiento de la trascendencia.
Fiel a su propia profecía, su esposa cuenta que cuando estaba en su lecho de muerte y casi sin poder hablar, Huxley escribió en una nota para su mujer “LSD, 100µg, intramuscular”. Ella cumplió su deseo y Huxley falleció poco después, aún bajo los efectos del ácido; hecho que más tarde fue alabado por E. Jünger como un gesto del más alto valor psiconáutico.
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